La burbuja, definida como el incremento insostenible e injustificado del precio de un bien o activo, ha acompañado por siglos la historia del ser humano. Desde el ascenso del precio de los tulipanes, pasando por la locura de las punto-com, hasta burbujas de mayor poder destructivo como la del 2008 quedaron en el recuerdo de los inversionistas. Pero lo interesante de estos episodios no es que ocasionen abrumadoras pérdidas para algunos inversionistas, es el cómo beneficiarnos de su aparición.
Para aprovechar el potencial de una burbuja y no perder en el intento se debe reconocer de forma anticipada su inicio y su estallido. Escribirlo es sencillo, pero ponerlo en práctica requiere de conocimiento financiero, estar bien informado y mucho sentido común. También se debe aclarar que reconocer el punto exacto de inicio y de final es tarea complicada, por esta razón se busca ganar en medio de esta euforia compradora y retirarse a tiempo, ya sea antes del estallido o en las primeras caídas.
Cuando el precio de un activo financiero inicia una tendencia alcista se dice que están comprando los inversionistas profesionales, meses más tarde le siguen aquellos que están más informados y las valorizaciones continúan. Hasta este punto el precio pudo tener un significativo ascenso, pero no se puede catalogar como burbuja. El panorama cambia cuando el activo ya figura en los noticieros, las personas empiezan a hablar de él y el público es atraído en masa por las ganancias previas. En este momento la burbuja empieza a inflarse.
A diferencia de los inversionistas profesionales e informados, el público invierte únicamente porque ve que está subiendo y espera que es comportamiento continúe. Es curioso escuchar en medio de burbujas las explicaciones del público sobre el ascenso de precio, estas suelen ser ligeras, con sentido lógico pero ningún sustento teórico o práctico. Para quienes han estudiado el comportamiento humano saben que en este punto domina el sistema 1 o rápido del cerebro, en este las matemáticas no tienen mucho peso.
Con el ingreso del público, la burbuja ya está desatada lo que hace que el ascenso del precio sea mucho más rápido y se extienda por meses o años. Durante esta época solo se escucharán buenas noticias sobre el activo, lo que atraerá a más inversionistas mientras otros advierten sobre la burbuja y el posible desplome. En este momento el daño ya está hecho y el conteo regresivo hacia el estallido empieza.
¿qué tanto va a durar la euforia compradora? La respuesta está en la frase “La gente no deja de bailar hasta que la música no pare”. Como el ascenso de precio no tiene ningún sustento en la teoría financiera o de valoración y es el resultado de más gente comprando, solo una noticia o algún hecho importante será el que estalle la burbuja. En este punto es donde el estar bien informado y conocer de finanzas pesa. Sólo quien sepa interpretar y reconocer esa noticia es el que sabrá cuando salirse a tiempo.
Así que, si desea participar en una burbuja, primero deberá reconocerla siendo la señal clave ese activo que sube y sube de precio; es el activo de moda. Segundo, si decide ingresar deberá estar muy atento, preferiblemente todos los días, a la nueva información y noticias. Tercero, una vez aparezca la noticia que estalle la burbuja venda, no importa que sea con pérdidas o ganancias, solo venda y aunque es probable que el mercado se recupere y se estabilice antes de la fuerte caída, si ya no se siente cómodo invirtiendo a precios tan elevados, solamente retírese y disfrute lo vivido.