En el día de hoy el Bitcoin volvió a rozar los USD10.000 a espera del tercer halving, no obstante, no pudo sostenerse y regreso a los USD8.600 en medio de una posible toma de utilidad de los inversionistas. Pese a este movimiento, muchos inversores esperan futuras valorizaciones tras el recorte a la mitad del pago por el minado, aunque desde la óptica financiera parece no tener mucho sentido.
Confieso que soy un detractor del Bitcoin y no encuentro en su naturaleza un sustento financiero para explicar valorizaciones hasta los USD20.000 y menos a los USD100.000. La razón de esta afirmación se basa en que el Bitcoin no genera ningún flujo o rentabilidad que lo haga atractivo; quienes afirman que su precio va a subir, soportan su expectativa simplemente en una mayor demanda de la “moneda” y los crecientes costos de minado.
Para explicar por qué me genera duda esta inversión voy a hacer una analogía con otros activos financieros. Supongamos que alguien tiene el poder adquisitivo para comprar todas las acciones de Amazon, todos los títulos de deuda emitidos por el tesoro de los Estados Unidos y todos los Bitcoin disponibles.
Al adquirir todas las acciones de Amazon, su capital seguirá rentando según el crecimiento de la empresa, recibirá dividendos basados en la utilidad y si decide vender la empresa alguien la valorará la empresa según su generación de flujo de caja. Si decide comprar todos los títulos del tesoro, recibirá los intereses semestrales y en su vencimiento recuperará el principal invertido.
Pero si compra todos los Bitcoin, no recibirá ningún ingreso a futuro, tampoco tendrá un precio de venta debido a que ya no hay mercado secundario e incluso y tendrá que asumir parte del costo energético de mantener parte de la red funcionando. Desde está óptica no le veo sentido a comprar todos los Bitcoins disponibles, no ofrecen un retorno a la inversión.
A lo anterior le debo sumar que mantener la infraestructura de pagos y transacciones del Bitcoin consume energía y el proceso de minado cada vez será más complejo consumiendo recursos y más energía. Para nada es un proceso amigable con el medio ambiente. Para mi esta “moneda” termina siendo un objeto digital coleccionable con un valor altamente subjetivo, tal como presentó el tulipán durante la famosa burbuja de los tulipanes.
En cuanto al Halving, se me hace aún más curioso que los mineros tengan la potestad de subir el precio de venta de su producto. Es como si una empresa para enfrentar una caída del 50% de sus ventas, duplicara el precio de venta sin seguir afectando negativamente la demanda. Quienes invierten en Bitcoin estarían asumiendo que los inversionistas van a seguir comprando al doble de precio sin recibir nada a cambio.
En este punto muchos estarán pensando que existen fondos bursátiles que invierten en bitcoin y que por eso es una opción viable de inversión; durante la burbuja de los tulipanes Wall Street también participó a través de los mercados de futuros. La historia ha dejado claro que los mercados bursátiles se mueven por oportunidades de negocio y no necesariamente por los fundamentales.
En resumen, no veo un fundamental claro que justifique valores de USD20.000 o USD100.000 en el bitcoin. Y aunque esto no evitará que en algún momento pueda suceder, dado que el único indicador de precio es el costo de minado, asumir que las personas van a seguir comprando hasta los 100.000 se podría llamar claramente una burbuja; el ascenso de precio no estaría justificado por un fundamental sino únicamente por la euforia de una demanda creciente.