Esta frase de Benjamin Graham, que se puede interpretar como oportunidades de compra ante las caídas de precio de las acciones, es interesante y nace del complejo entramado de posibles escenarios ante la nueva información que llega a los inversionistas.
Para entender mejor esta afirmación podemos revisar el escenario donde el precio de la acción de una empresa desciende por noticias generales que no afectan necesariamente el desempeño futuro del negocio. Con la perspectiva de largo plazo intacta, los compradores volverán y la tendencia alcista retomaría su curso. En otras palabras, el mercado vendió por miedo temporal, pero la cordura vuelve al recordar los fundamentales de la empresa.
Revisemos un ejemplo. Una compañía tiene un muy buen producto, presenta crecimiento en ventas, en utilidades y se espera que esa tendencia continúe. Con base en lo anterior y si las proyecciones se cumplen, es muy probable que en unos meses la acción de esta empresa cotice a un precio superior al actual.
Pese al escenario optimista, durante algunos meses la acción podría presentar fuertes descensos infundados por noticias de riesgo internacional o disturbios temporales en algunos mercados. En estas caídas es donde el inversionista suele preguntarse ¿Por qué cae la acción si la empresa es muy buena?
La respuesta a esta pregunta la tienen los especuladores o inversionistas de corto plazo, estos pueden tomar posiciones a la baja basados en noticias negativas que afecten a la totalidad del mercado accionario sin importar el desempeño de la compañía. A este movimiento se unen también aquellos que deciden tomar utilidad y quienes venden por el temor de mayores caídas. Estos movimientos hacen parte de la naturaleza esquizofrénica del mercado, no obstante, si la empresa sigue mostrando buen desempeño la cordura volverá y la acción repuntará en los siguientes meses.
Dentro de las noticias o situaciones de riesgo que presionan las acciones a la baja se encuentran datos económicos débiles, problemas de deuda de países, conflictos bélicos entre países, crisis financieras en países ajenos al de la inversión, desastres naturales, entre otros. En resumen, las noticias de calendarios económicos diarios y lo que pase en las principales bolsas del mundo puede alterar los movimientos de corto plazo de una acción, pero si estos sucesos no afectan el desempeño financiero de la compañía, la acción en el largo plazo recuperará su tendencia y continuaría con ascensos.
La anterior lógica aplica también para empresas con finanzas en deterioro. Estas pueden subir por una coyuntura económica positiva, pero en el largo plazo deberían terminar con descensos a medida que el mercado se entera de la debilidad en sus estados financieros.
En conclusión, esta frase invita al inversionista a comprar las caídas de acciones de empresas sólidas y con perspectivas de crecimiento, a la vez que le recuerda dejar de lado las empresas con situación financiera en deterioro.