Es normal ver como los precios de las matrículas universitarias crecen año tras año, siendo cada vez más difícil para los hogares brindarles educación a sus hijos sin recurrir a la financiación bancaria.   Sin embargo, esta situación podría revertirse en unos años y las universidades estarían obligadas a replantear su modelo de negocio.

La educación es una necesidad y las universidades lo saben, por lo que el incremento de las matrículas año tras año ha sido consistentemente superior al del costo de vida.  Tomando la serie del IPC base 2008 del DANE, los precios en la economía colombiana se han incrementado 43% mientras que el costo de la educación lo ha hecho en un 67%.  Si tenemos como base que los salarios crecen a una tasa cercana al IPC, es claro que para los hogares les es cada vez más difícil acceder a la educación.

Al ser el negocio tan rentable, las universidades han crecido y cada vez ofrecen más programas, pero gracias a esta intensa competencia el panorama para los estudiantes podría estar mejorando.  Recuerdo que cuando inicié mi carrera de Finanzas y Relaciones Internacionales eran 2 las universidades que ofrecían este programa y se daban el lujo de hacer entrevistas que no todos podían pasar.  Hoy en día la carrera de finanzas, en sus múltiples variaciones, está presente en muchas universidades en todo el país, lo que ha hecho que la presión por conseguir estudiantes sea mayor.

La competencia no solo está al interior del país, la educación virtual ha llegado para quedarse y sus precios hacen que sea una opción para hogares de menores ingresos.  Si bien el crecimiento es lento y la virtualidad se puede asociar a carreras más fáciles de pasar y por lo tanto profesionales menos preparados, es probable que en unos años la virtualidad sea el estándar y no la segunda opción.  Así que en un futuro cercano la competencia entre universidades será mucho más intensa y quien no domine la virtualidad perderá importante mercado.  Vamos a ver quien se queda con el título del Netflix de la educación.

Por último y más importante, hay menos niños en Colombia.  Según el censo 2018 del DANE las universidades acaban de recibir la última generación antes de que se enfrenten a la inversión de la pirámide.   Menos niños están naciendo y por lo tanto la demanda por educación irá en descenso.  En los próximos 10 años el mercado potencial podría reducirse en 800.000 estudiantes.

Si las universidades privadas quieren seguir siendo atractivas deberán replantear sus tarifas y los incrementos anuales.  De esta forma podrán reemplazar la demanda que perderán por la inversión de la pirámide poblacional con estudiantes de menores ingresos.  La educación es un derecho y que buenos que las fuerzas de mercado y la tecnología presionen para que más personas puedan acceder a ella.